Tuve la oportunidad de participar en el Primer Encuentro de Empresarios de la Cumbre de las Américas 2012, celebrada en Cartagena Colombia; una reunión que a mi parecer es histórica, ya que se dio un consenso sobre la necesidad de progresar, tener un mayor crecimiento económico, crear nuevos empleos y educación de mayor calidad en todo el hemisferio.
Compromiso social y prácticas empresariales de éxito, elementos que van de la mano
Si bien el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) es relativamente nuevo, para la Organización Cisneros no se trata de una idea reciente, sino de una visión y un valor familiar que han sido parte de nuestro plan de negocios desde un inicio: compromiso social y prácticas empresariales de éxito van de la mano.
La retribución a la sociedad es un valor que mi padre, Diego Cisneros, nuestro fundador nos legó, y se ha convertido en una filosofía altamente eficiente de la Organización. Cada nueva empresa emprendida, es desarrollada en conjunto con iniciativas de Responsabilidad Social Empresarial enfocadas a impulsar el desarrollo de las naciones en las que estamos presentes.
La RSE hace del respeto a los valores, a las comunidades y al medio ambiente una filosofía que permea en el espíritu de las compañías y que guía su actuar, permitiéndoles lograr no sólo un buen posicionamiento de su imagen sino también conseguir la licencia social para operar en las comunidades en las que están presentes y generar un verdadero cambio en ellas, maximizando así las estrategias de negocio.
En la Organización Cisneros hemos encontrado en la educación y el fomento a la cultura, un poderoso catalizador del progreso y bienestar de las comunidades por lo que hemos concentrado gran parte de nuestros esfuerzos en iniciativas destinadas a superar la desigualdad y facilitar el acceso a la educación, contribuyendo así a la formación de mejores ciudadanos.
En la década de los setenta, mi esposa Patricia y yo establecimos la Fundación Cisneros, con el objetivo de fomentar la creación de capital social en América Latina, teniendo como base programas educativos y culturales como: cl@se, Actualización de Maestros en Educación (AME), la Colección Patricia Phelps de Cisneros y Piensa en arte/Think Art.
Estos programas, y sus excelentes resultados, se han convertido en una de las mejores cartas de presentación para la Organización Cisneros y le han permitido convertirse en un referente en materia de estrategias de Responsabilidad Social Empresarial.
Estoy convencido de que la iniciativa privada debe ser un catalizador que detone el potencial de los futuros líderes de Latinoamérica y por ello las actividades de Responsabilidad Social Empresarial deben diseñarse a la par de las estrategias de negocio, permitiendo generar un verdadero valor para las comunidades.
Los invito a conocer más sobre las actividades de la Fundación Cisneros:
De empresa familiar a Organización Empresarial Global
Cuando miro hacia atrás y observo el camino que hemos recorrido en la Organización Cisneros a lo largo de estos 82 años y tres generaciones de liderazgo, una de las cosas que más orgullo me causa es el poder decir que hoy somos una Organización Global que conserva su legado y tradición de empresa familiar.
No resulta nada fácil para una empresa que nació como un negocio familiar, el crecer con estructura y visión a largo plazo. En la Organización Cisneros, lo logramos y esto nos permitió internacionalizarnos, y más recientemente atravesar el camino de la convergencia digital, lo que ha supuesto un reto para muchas empresas. Cómo dar el gran salto sin perder su esencia, es ahí donde está el reto.
En la Organización Cisneros, hemos anclado nuestros cimientos en los valores que su fundador, mi padre –Diego Cisneros-, nos legó. Él nos mostró un camino labrado con ética empresarial, lealtad, sentido del propósito, reconocimiento por el trabajo de la gente y pasión, pero al mismo tiempo, reforzado con un espíritu de innovación y evolución continua. Esta combinación nos ha valido ser hoy una Organización sólida, moderna y profesional que está preparada para continuar trascendiendo a medida que surgen nuevas realidades que impactan en nuestras industrias y nuestros campos de acción.
Pienso que las empresas familiares en nuestra región deben atreverse a asumir riesgos, y a crear nuevas estructuras, ya que su identidad, valores y cimientos más fundamentales no cambiarán nunca si están bien arraigados, sino que al contrario, serán el motor que dará impulso a la innovación, a cambios productivos y a la adaptación a los nuevos esquemas que puedan surgir. Esa ha sido, precisamente nuestra constante, la cual nos ha permitido hacer historia, manteniendo nuestra identidad propia.
La década de Latinoamérica
He comentado ya en algunas entrevistas que confío en que esta será la década de Latinoamérica, ¿por qué?
América Latina constituye un gran mercado: 450 millones de consumidores y 40 millones de hispanos en Estados Unidos, en el que más del 30% de las inversiones extranjeras provienen de empresas latinoamericanas.
Los empresarios latinoamericanos hemos decidido internacionalizarnos y lo estamos haciendo a una escala que quizá nunca antes habríamos imaginado. Empresas de servicio, particularmente aquellas vinculadas a sectores como telecomunicaciones, entretenimiento e ingeniería; estamos exportando nuevos modelos de negocio.
Estamos aprendiendo a ser flexibles, y a desenvolvernos con éxito en una región que no se ha escapado de la inestabilidad política, y hemos desarrollado cualidades que nos han permitido enfrentar incluso graves crisis financieras.
Asimismo, países como Brasil, Chile, Colombia y Perú están apostando fuertemente por los rubros clave en el progreso de las naciones: educación, acceso a la tecnología, investigación, fortalecimiento de las instituciones y desarrollo de infraestructura. Estas naciones han dejado de lado las visiones de sexenio y han comenzado a desarrollar planes a largo plazo que los están fortaleciendo enormemente.
Si bien aún existe todavía en gran parte de nuestra región una inaceptable desigualdad, no me cabe duda de que ésta será la década de Latinoamérica y que sociedad, autoridades y empresarios seguiremos trabajando juntos por hacer de América Latina la región líder por la que tanto nos hemos esforzado.
Asumir decisiones audaces
¿Cuál ha sido una de las decisiones más difíciles ha tomado?… Recientemente Diane Brady, Jefa de Contenidos de BusinessWeek, me hizo esta pregunta.
Pienso que quizá una de las decisiones más complicadas y al mismo tiempo más acertadas que he tomado, ha sido la incursión en el mercado hispano de los Estados Unidos a través de la compra de Univisión.
A principios de los 90 yo tenía un gran interés de incursionar en el mercado de los Estados Unidos, y estaba seguro de que nuestra programación sería bien recibida por los hispanos. Sin embargo, no era algo que muchos creyeran, pensaban que el mercado era distinto y que era necesario producir los contenidos en Estados Unidos para poder tener éxito.
Cuando Univisión salió a la venta, decidí asumir el riesgo y junto con Emilio Azcárraga Milmo y Jerry Perenchio, hicimos esta apuesta en la que no sólo estaban en juego USD$500 millones sino también nuestra reputación.
A pesar de la muerte de Emilio en 1997, esta sociedad permaneció y gracias al éxito que obtuvimos, Univisión fue vendida en USD$12 billones en 2007.
Los invito a leer más sobre esta decisión, en “Hard Choices” de BusinessWeek.