Mi padre, Diego Cisneros, fue un hombre que dejó una profunda huella en el sector empresarial venezolano; un hombre que sentó precedente en la creación de industrias, que promovió la democracia y luchó por la educación y la modernización de Venezuela.
Su legado es y seguirá siendo la piedra angular de lo que es hoy Cisneros, de la filosofía que profesamos y de la forma en la que trabajamos.
Es por ello, que le rendimos un homenaje a ese gran soñador, a ese empresario que sabía convertir cualquier idea en realidad; a ese visionario que con cerebro, corazón y coraje, fundó lo que es hoy uno de los mayores grupos de medios de comunicación y entretenimiento del mundo.
Sin duda alguna, la historia de mi padre es una historia digna de ser contada, una historia inspiradora que me gustaría compartir con ustedes.