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Me llena de alegría y orgullo compartir con ustedes que el pasado 21 de abril, en el marco de la VII Conferencia de Estudios Transatlánticos celebrada en Brown University, se presentó Los Cisneros: Rostros y Rastros de una Familia 1570-2015; un libro inspirado en mi padre y con el que se cristaliza uno de sus mayores anhelos: recuperar la historia de la familia para la posteridad.

El texto presentado, es una primera versión desarrollada como archivo personal, pero el próximo 15 de octubre en la Real Academia de la Historia de Madrid, España, estaremos presentando la publicación en un formato dirigido a un público mucho más amplio.

A través de toda la investigación y recorrido por el pasado que implicó Los Cisneros: Rostros y Rastros de una Familia 1570-2015, he refrendado que el ADN de nuestra familia se conforma de elementos definitorios de la modernidad, como son la previsión de los cambios, la innovación para provocarlos y la capacidad de resistencia para vivirlos y liderarlos; características que veo cada día en mis hijos y nietos y que me recuerdan que esta aventura editorial que comenzó como un homenaje a la memoria de mi padre, es también un legado para ellos y una tarea para continuar enriqueciendo a lo largo de los años.

El libro fue escrito por José Ángel Rodríguez, con el prólogo de Carmen Iglesias y epílogo del Profesor Julio Ortega. Gracias a todos ellos por hacer posible la recopilación de nuestras raíces y dar a mi familia este gran regalo.

Asimismo, se ha incluido una introducción de mi autoría, en la que cuento el porqué de este sueño y que me encantaría compartir con ustedes, espero lo disfruten…

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Para la familia Cisneros, las raíces, los valores y el legado, han sido siempre la base que guía nuestro actuar tanto personal como empresarial. Estamos orgullos de nuestras raíces y conocer nuestra historia se convirtió en una misión de vida.

Más de una década ha pasado desde que mi familia y yo iniciamos esta gran búsqueda de nuestros orígenes, que se cristalizó a través de publicaciones como “La saga atlántica de los Jiménez Cisneros”, obra escrita por el historiador José Ángel Rodríguez y editada por la Fundación Cisneros…Búsqueda que me llevó a encontrarme con la localidad de Cisneros en Palencia, España y confirmar nuestra descendencia de la familia Jiménez de Cisneros.

Que mi familia, en especial mis nietos, tengan la posibilidad de conocer a fondo sus raíces, así como visitar el lugar donde vivieron y de donde partieron nuestros antepasados hacia la aventura en América, ha sido sumamente importante para nosotros.

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Recientemente, hemos visto con beneplácito que la administración del Presidente Obama ha dado importantes pasos en su relación con Cuba, al abrir los viajes a la isla para la comunidad cubano-americana, permitir el aumento de remesas y los viajes con propósito para más americanos. Sin duda, se trata de importantes avances que empoderan a la sociedad civil y permiten a los dos países estar más conectados que en ningún otro momento en los últimos cincuenta años.

Hoy más que nunca, los Estados Unidos pueden apoyar a la población cubana a decidir sobre su propio destino, cristalizando las reformas políticas que ya se han iniciado.

En este sentido, es que un grupo de 46 miembros de los sectores político, empresarial y fundacional, hemos enviado una carta al Presidente Obama para solicitarle no ceje en este afán, realizándoles cuatro recomendaciones puntuales para profundizar en las reformas en marcha, brindando mayor libertad tanto a las organizaciones privadas como a los individuos para convertirse, directa o indirectamente, en catalizadores de un cambio significativo en Cuba:

1.       Expandir y salvaguardar los viajes a Cuba

2.      Incrementar el apoyo a la sociedad civil

3.       Priorizar la relación en áreas de interés mutuo

4.      Brindar garantías financieras

Les comparto la totalidad del texto, esperando pronto podamos ver mayores avances en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

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(Artículo publicado originalmente en inglés)

La colaboración diplomática del Vaticano, posible salvación para Venezuela 

Durante el último mes, por lo menos 30 personas – entre simpatizantes del gobierno y  opositores – han muerto en Venezuela debido a las protestas. En tanto, el país atraviesa una situación económica apremiante, con un alto índice de inflación y al borde del colapso; mientras que la polarización fomentada desde tiempo atrás, tanto por el gobierno socialista como por la oposición, se ha incrementado drásticamente. 
La desconfianza, la intolerancia y la confrontación se han vuelto comunes. ¿De qué otra forma podrían entenderse las regulaciones que restringen el acceso a sitios web que “agredan al pueblo venezolano”? Entre disturbios, llamados de justicia política o ideología, ambos frentes han perdido su antigua fuerza. La situación es insostenible y requiere desesperadamente de mediación internacional. Hasta el momento, el caos que enfrenta Venezuela ha sido terriblemente ignorado. 
Los retos para alcanzar un diálogo significativo son enormes. La atmósfera incendiaria hace especialmente difícil el diálogo, debido a lo que yo llamo el surgimiento de “las dos Venezuelas”, una a favor del gobierno, la otra en contra. Los esfuerzos por parte de ambos frentes han sido medianamente sinceros e incluso falsos; sin embargo, para alcanzar la solución de los grandes problemas del país, se requiere de un proyecto honesto y unificado. 
Para empezar, más allá de sus diferentes visiones sobre la situación, ambos frentes necesitan reconocer la legitimidad y la importancia del otro; y encontrar un punto de coincidencia: su amor por Venezuela y su deseo de construir un mejor futuro. 
Este mejor futuro con el que estarán de acuerdo todos los venezolanos – independientemente de sus ideas políticas – está representado por un país en donde todas las opiniones cuenten, en el que el respeto a los derechos humanos, a los derechos de las minorías y la estabilidad a largo plazo, vayan de la mano. Un país, donde los padres de familia puedan pasar tiempo formado buenos ciudadanos en lugar de haciendo filas para adquirir productos básicos. Un país en el que sea posible caminar por sus calles sintiendo confianza y seguridad, en lugar de hacerlo con ansiedad y temor. Un país en el que los jóvenes puedan alcanzar sus sueños y donde los periodistas no se jueguen la vida cada día para cumplir con su trabajo. En suma, un país donde todos los venezolanos puedan expresarse libremente y ser escuchados. 
Con tantos venezolanos de luto por la pérdida de familiares y amigos, la crisis que vive hoy Venezuela tendría que convertirse en el momento decisivo para el despertar de un esfuerzo colectivo para resolver un conflicto que afecta por igual a todos los ciudadanos, no sólo al gobierno o a la oposición. Venezuela ha demostrado ya en el pasado, la madurez política que es imprescindible para encontrar un punto de coincidencia. Las mentes privilegiadas priorizan el futuro sobre el pasado, centrándose en la tarea por hacer en lugar de en las pérdidas o los obstáculos que enfrentan…serán ellos, los artífices del consenso; pero para que puedan llevarlo a cabo, es necesario construir una atmósfera que privilegie el diálogo honesto. 
Superar la polarización es prioritario. Desafortunadamente, el conflicto ha dejado un vacío de mediadores honestos; y en medio de tanta división, ninguna institución o individuo es considerado como depositario de confianza. En este momento en el que la figura de un mediador es esencial, Venezuela carece de un árbitro que ame a nuestra nación, que entienda su complejidad y que conozca nuestra historia, características necesarias para proponer fórmulas de consenso que resulten válidas para todos. Venezuela se encuentra en extrema necesidad de un mediador cuyos actos sean inspirados por la única y profunda convicción de buscar lo mejor para los ciudadanos y colocarnos en la senda hacia un futuro mejor. El grupo de cancilleres enviado por UNASUR, próximo a llegar a Caracas con la misión de promover el dialogo, es un comienzo, pero está lejos de ser suficiente. 
Quizá Su Santidad El Papa Francisco y la sabia cancillería del Vaticano, podrían convertirse en la salvación de Venezuela. El Papa Francisco podría poner fin a la trayectoria destructiva de nuestro país. Las muestras de su carácter idóneo para esta tarea abundan; desde los mensajes internos que ha enviado a sus representantes en el país, hasta la expresión de su preocupación por el giro tan violento que han tomado las protestas estudiantiles, haciendo un llamado “a la paz y la concordia” al pedir que “todo el pueblo venezolano, comenzando por los responsables políticos e institucionales, se una para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón mutuo y el diálogo sincero, el respeto por la verdad y la justicia, capaces de hacer frente a cuestiones concretas para el bien común”. 
Las opiniones acerca de quién es responsable de qué en Venezuela o cómo fue que llegaron las cosas hasta este punto tan desastroso, son divergentes; pero lo que parece ser una verdad evidente e incuestionable, es lo insostenible de la situación. Ambas partes del conflicto necesitan demostrar su buena voluntad a través de la liberación de los presos políticos; terminando con las barricadas en las calles y disminuyendo el nivel de confrontación. Si la diplomacia de la Santa Sede pudiera facilitar estos primeros pasos, el diálogo de reconciliación entre los venezolanos en busca de soluciones reales, podría dar inicio…eso es por lo que ora el Papa Francisco. Aceptemos de corazón sus oraciones. 
Opiniones

Con la violencia en ascenso, la situación en Venezuela ha alcanzado un punto insostenible al cual no podemos ser ajenos.  Más allá de cualquier ideología, el país exige una reconfiguración y toma de decisiones inmediata, que nos permita definir el rumbo que Venezuela necesita tomar para encontrar -de mutuo acuerdo-, la senda de la paz, reconciliación y crecimiento.

Desgraciadamente, hoy la intolerancia y la desconfianza, así como el evidente ánimo de confrontación visto en nuestras calles, parecen reinar en el país. La reciente advertencia por parte de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) a proveedores de internet para bloquear los sitios web que “agredan al pueblo venezolano” y “causen desestabilización y zozobra” es una clara muestra de ello, al igual que la consideración de una posible restricción para el ingreso a redes sociales como Twitter y YouTube.

Ante este tipo de actitudes, la idea de sentar en la mesa a dos Venezuelas tan distantes, parece lejana. No obstante, resolver los grandes problemas que hoy nos aquejan –criminalidad y violencia, desabastecimiento, un alto índice inflación y una apremiante situación económica- requiere de la voluntad de todos. Se necesita una apertura en la que cada una de las partes reconozca la validez de sus interlocutores, poniendo por encima de cualquier diferencia, esa gran coincidencia que nos une a todos los venezolanos: el amor y la lucha por nuestra patria.

Necesitamos comenzar un diálogo sincero, a trabajar juntos en la construcción del país que todos deseamos: un país en el que todas las opiniones cuenten; en el que el respeto de los derechos humanos, los derechos de las minorías y la estabilidad no estén peleados. Un país de progreso en el que las madres de familia no necesiten realizar una odisea para adquirir lo básico. Un país en el que la gente pueda caminar confiada por la calle. Un país en el que los jóvenes puedan alcanzar sus sueños. Un país en el que sus periodistas no tengan que jugarse la vida todos los días para hacer su trabajo, en el que  la libertad de expresión y el oficio de la comunicación sean respetados. Un país en el que todos los venezolanos podamos expresarnos y ser escuchados.

Estamos en el momento justo para demostrar la madurez política de Venezuela y decidir la forma de resolver un conflicto que está afectando a todo el pueblo venezolano, no sólo a gobierno u oposición.  El nivel de polarización que ha alcanzado Venezuela, merece ya la mediación externa de una figura que goce de credibilidad ante ambas partes: un árbitro que conozca y quiera a Venezuela y que comprenda la complejidad de su situación. Alguien que cuente con capacidad técnica para llamar a la reconciliación, con disposición para el diálogo y cuyo fin último sea la consecución de la paz y la  unión entre todos los venezolanos.

En este contexto -tal como diversos personajes han propuesto ya- la intervención de una figura al margen de cualquier interés político, como la del Papa Francisco y la sabia cancillería del Vaticano, emergen como la  opción más viable. Desde el recrudecimiento de las protestas en Venezuela, el Sumo Pontífice se ha mostrado especialmente preocupado por la violencia desatada y ha sido uno de los primeros en hacer un llamado “a la paz y la concordia” al pedir que “todo el pueblo venezolano, comenzando por los responsables políticos e institucionales, se una para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón mutuo y el diálogo sincero, el respeto por la verdad y la justicia, capaces de hacer frente a cuestiones concretas para el bien común”.  El Vaticano cuenta además con figuras como el Cardenal Pietro Parolin, hoy Secretario de Estado, que en su calidad de Nuncio Apostólico de Venezuela, tuvo la oportunidad de conocer de cerca nuestra situación y cuenta también con gran experiencia en materia de negociación internacional.  La Conferencia Episcopal Venezolana tiene la confianza del país y podría tomar parte de este arbitraje y del establecimiento de un ambiente propicio para un diálogo sin exclusiones.

Se puede o no estar de acuerdo con lo propuesto hoy en Venezuela, es justo ese debate el que da fuerza a toda democracia.  Pero lo que no podemos negar es lo insostenible de la situación que atraviesa hoy nuestro país, donde la protesta es una reacción normal como lo es en cualquier sociedad democrática; no obstante, debe poder hacerse sin violencia.

Tal como ha sido la constante en las grandes transformaciones de América Latina, los jóvenes venezolanos han sido los primeros en alzar la mano, mostrando al mundo el espíritu de nuestra patria: echado pa’lante, decidido, valiente, que no se doblega. Se trata de jóvenes que entienden que el progreso también está ligado con el bienestar de los menos favorecidos; que son capaces de visualizar las consecuencias, a mediano y largo plazo, que trae consigo la carencia de certeza; y que pugnan por la reconstrucción del país.

Si queremos encontrar la reconciliación, resulta indispensable el cese a la persecución; así como la investigación independiente y transparente de los fallecimientos ocurridos y las denuncias existentes sobre violaciones a los derechos humanos durante las protestas.  La violencia –provenga de donde provenga- es totalmente reprobable.

Venezuela requiere de la unión de gobierno, instituciones, partidos políticos y ciudadanos, de un debate constructivo  que nos permita recuperar esa Venezuela de oportunidades, de progreso y de bienestar.

Hoy me duele mi patria tan dividida, me duele el grado que han alcanzado nuestros desacuerdos. Me duele una Venezuela que sufre; pero confío en que el amor que los venezolanos sentimos por nuestra patria, nos permitirá superar la intolerancia que ha dominado el escenario político en los últimos años, para dar paso al debate democrático y la recuperación de la confianza en las instituciones. No podemos darnos el lujo de continuar divididos.

Si bien este pronunciamiento recibirá, estoy seguro, críticas de muchos; también estoy convencido que si las partes se sientan a la mesa del diálogo –contando con una mediación externa como la del Vaticano-, mi país encontrará de mutuo acuerdo, la paz y la reconciliación que todos aspiramos.

Editorial publicada en el País

Entrevistas

Quisiera compartir con ustedes otra interesante entrevista que le hizo Bloomberg a mi hija Adriana como nueva CEO de Cisneros. En ella se mencionan aspectos fundamentales  sobre los planes a futuro y los nichos del mercado más atractivos para el crecimiento de la Organización.  En la entrevista, Adriana deja muy en claro su apuesta por Latinoamérica, donde hay mercados muy favorables para la expansión, así como su meta de afianzar nuestro liderazgo en la TV de habla hispana. ¿Y cómo lograrlo?  A través de nuevas adquisiciones, expandiendo empresas productoras y capitalizando el crecimiento del comercio electrónico en Latinoamérica. Estoy convencido de que ése es, efectivamente, el camino más promisorio para la Organización, con Adriana al frente, quien representa una nueva generación de liderazgo y conoce muy bien las tendencias digitales que han dado origen a nuevas plataformas y formatos, como la publicidad digital, que actualmente tiene los máximos niveles de crecimiento  en Latinoamérica, y donde hay mercados  altamente prometedores. En dicha  entrevista también se mencionan otras de nuestras inversiones, como nuestro proyecto inmobiliario Tropicalia en República Dominicana, y Miss Venezuela. Este último es mencionado como un óptimo ejemplo de cómo generar un mayor crecimiento en empresas ya existentes y al mismo tiempo expandir su alcance digital.

Los invito a ver la entrevista aquí:

Cisneros’s First Female CEO Seeks Latin America Expansion by Adriana Cisneros

Entrevistas

Quisiera compartir con ustedes un muy buen artículo que le ha dedicado The Miami Herald a mi hija Adriana como nueva CEO de Cisneros.

Dicho artículo, publicado el pasado 28 de octubre, refleja muy bien los desafíos que ella ha asumido al tomar este nuevo rol, así como la forma en la que se ha preparado para ello. La periodista Cindy Krisher Goodman menciona varios puntos estratégicos que considero serán el eje conductor del liderazgo de Adriana en los próximos años: en primer lugar la innovación, que comenzó con su propia iniciativa para crear la división digital de la empresa, lo que fue el inicio de la reestructuración de tres nuevas divisiones corporativas: Cisneros Media, Cisneros Interactive y Cisneros Real Estate. En segundo lugar, continuar la expansión del grupo, lo que tuvo un óptimo resultado en los 80 y 90 y que ahora se presenta como un nuevo desafío para ella; y en tercer lugar, trascender fronteras, conquistar territorios y sumar audiencias a través de diferentes formatos en un mundo en el que crear contenidos relevantes se ha convertido en un negocio muy competitivo.          

El artículo también aborda el tema de la sucesión en negocios familiares en América Latina, y cómo en nuestra organización eso ha sido una cuestión prioritaria, un proceso meticulosamente organizado y adecuadamente planificado en el caso de Adriana, quien desde ya dedica parte de su tiempo a pensar en cómo involucrar en el negocio a la próxima generación y qué tipo de empresa queremos ser a futuro.

Los invito a leerlo:  

Adriana Cisneros se convierte en Directora Ejecutiva de la Organización Cisneros by Gustavo Cisneros

Opiniones

Mi padre, Diego Cisneros, fue un hombre que dejó una profunda huella en el sector empresarial venezolano; un hombre que  sentó precedente en la creación de industrias, que promovió la democracia y luchó por la educación y la modernización de Venezuela.

Su legado es y seguirá siendo la piedra angular de lo que es hoy Cisneros, de la filosofía que profesamos y de la forma en la que trabajamos.

Es por ello, que le rendimos un homenaje a ese gran  soñador, a ese empresario que sabía convertir cualquier idea en realidad; a ese visionario que con cerebro, corazón y coraje, fundó lo que es hoy uno de los mayores grupos de medios de comunicación y  entretenimiento del mundo.

Sin duda alguna, la historia de mi padre es una historia digna de ser contada, una historia inspiradora que me gustaría compartir con ustedes.

Opiniones

    

Me enorgullece profundamente nombrar a mi hija Adriana nueva CEO de Cisneros, lo que constituye la tercera generación al frente de nuestra empresa.

Este nombramiento me ha llevado a recordar el momento en que asumí la dirección de Cisneros en circunstancias muy distintas a las de Adriana, cuando contaba con 25 años y mi padre, Diego Cisneros, acababa de fallecer. Sin embargo, a partir de ese momento, y gracias a las extraordinarias enseñanzas que él me impartió y el apoyo de su grupo ejecutivo, al igual que el de mis hermanos y hermanas, logré emprender un reto de crecimiento y diversificación empresarial en Cisneros que rindió grandes frutos y nos llevó a convertirnos posteriormente en una empresa global.

      El momento para Adriana ha sido otro. Entró a Cisneros hace más de siete años, y en los últimos cuatro años se ha desempeñado como Vicepresidente y Director de Estrategias, lo que le ha permitido prepararse para este nuevo desafío. Adriana dio inicio a un nuevo capítulo para nuestra Organización, como ha sido dirigir su desarrollo en el mundo digital, emprender nuevas líneas de negocio con la generación de alianzas estratégicas globales, e impulsar una nueva forma de Responsabilidad Social Empresarial asociada a cada división de nuestros negocios.

Adriana ha comprendido a cabalidad que para que un negocio familiar pueda perpetuarse en el tiempo a través de varias generaciones tiene que favorecer cambios en forma permanente, con la innovación como norte y conservando los valores más intrínsecos de su origen, que son los que mi padre asentó desde muy temprano en nuestra organización y que nos han dado la solidez, la confiabilidad y la excelencia que nos ha distinguido, y que nos ha permitido llevar adelante todas nuestras empresas junto con un invalorable capital humano.

Tanto Patty, mi esposa, como yo, nos sentimos  profundamente satisfechos y orgullosos de Adriana, y sabemos que bajo su liderazgo, Cisneros explorará nuevos caminos y que con el respaldo de una arraigada tradición y de un equipo idóneo, podrá hacer frente a un mundo cambiante, complejo y retador.                

RSE

Hace algunos días se inauguró en el Museo Gaiás de Santiago de Compostela la Colección Orinoco, una de las muestras más representativas del mundo etnográfico latinoamericano, después de haber recorrido varios países europeos como Alemania,  Francia, Suiza, República Checa, Finlandia, Rusia, Dinamarca y  Eslovenia, donde ha tenido una acogida extraordinaria.

La muestra llega a España por vez primera, algo que para nosotros tiene varios significados, en primer lugar por los vínculos tan estrechos que nos unen a ese país, de amistad, de tradición, de negocios y hasta  por el origen de nuestro apellido.

Pero más allá de eso, llevar la Colección Orinoco a la Península Ibérica es para mí un homenaje a las doce etnias que han poblado la selva amazónica del sur de Venezuela,  las cuales han enriquecido el acervo cultural del país con sus rituales, sus costumbres, y  su sabiduría natural, para permitirle ahora a un sinnúmero de visitantes conocer de cerca una realidad esencial dentro de la identidad nacional venezolana.

Al mismo tiempo, llevar Orinoco a España en esos magníficos espacios del museo Gaiás de Santiago de Compostela, es la culminación de una tarea que nos llevó más de 30 años de trabajo, de recolección de objetos, de investigación, de documentación de una zona mágica y de su extraordinaria riqueza en su belleza natural más genuina,  para  ofrecérsela ahora a un país que siglos atrás fue testigo del devenir de esos mismos habitantes, lo que nos llena de orgullo y satisfacción.